viernes, 25 de mayo de 2018

La tardía emoción de la moción


Vuelta a la casilla de salida, pero con una situación de 155 insostenible para cualquier democracia. Cuando se va a necesitar el apoyo de ERC y PDeCat para que prospere la moción de censura contra el gobierno más palmariamente enfangado de la OCDE desde hace ya años.
Entonces bocazas y voceras mediáticos sostuvieron, y aún sostienen, que la culpa de no alcanzar un gobierno progresista se debió a Unidos Podemos. Un gobierno progresista que implicaba necesariamente incluir al partido, hoy sin careta, joseantoniano: todo él progreso en sí mismo, de la nariz a los pies de los caballos. Rechazar esa opción era infantilismo imperdonable de la izquierda.
Se bombardeaba desde todos los frentes la posibilidad de sentarse a hablar con los nacionalistas catalanes para obtener su abstención. Maravillosos tiempos en que aún se podía hablar de la posibilidad de pactar un referéndum, tal y como lo deseaba el 80% de los catalanes, para dilucidar en sus preguntas cuál querían que fuese la relación entre Cataluña y el estado español, y comenzar las gestiones precisas para iniciar el pacto, insoslayable, por una reforma constitucional a fondo.
Obvio que el PP y C´s lo hubiesen saboteado hasta la náusea, pero al menos hubiera marcado los dos frentes correctos: el constitucionalista obcecado del 78, centralista y dirigido por el capital posfranquista de bancos y constructoras, frente al constitucionalista reformista del resto, más variado, de grupos atentos a las necesidades de cambio expresadas por la mayoría de la población desde el 15M. Incluidas las ansias federalistas de las fuerzas democráticas, tanto en la Cataluña de Companys como en el resto de la península de tendencia republicana. 
Simplemente el PSOE del dinosauriado a los pies del IBEX35, que tenía bien cogido al títere de Sánchez por sus insulsas bellezas, no estuvo nunca en esas. Fue así desde el minuto cero de las primeras elecciones, en que maniobraba con PP y C´s para dejar a Podemos fuera de la mesa del Congreso.
Esta moción de censura a Gurtel vista otorga tardíamente la razón a Unidos Podemos cuando hace poco lo intentó simbólicamente, aunque en general esta izquierda le haya fallado a la gente hasta hoy no diciéndoles la verdad: que este país va de nuevo camino irrefrenable del colapso con la subida de los precios del petróleo y la retirada del dinero barato europeo para que el estado español siguiera sosteniendo bancos y empresas insostenibles a fuerza de más inasumible deuda pública. Dada la falsedad y sesgo mastodóntico de la ilusoria recuperación coyuntural, pero tan programadamente neoliberal salvaje desde la UE.
Izquierda que actualmente prefiere enfrascarse en el peronismo de un pabliscito, quién sabe si calculado para obtener la aquiescencia de El País por la compra de una vivienda en urbanización pija con el objeto de pugnar en el futuro por votos del PSOE: en cualquier caso todos, propios y detractores, llevan normalizado el precio urbanísticamente infumable de una casa de tres habitaciones.
Pero como no solo de contrafácticos vive el hombre, aquí estamos. Aunque sí puede hacerlo, quizás algo más, de interpretaciones correctas y no mediatizadas de lo que nos ha traído hasta aquí.
Parece ser que, ironías de la razón política, veremos próximamente la simétrica: un C´s que no estará dispuesto a permitir un gobierno de Sánchez apoyado por Unidos Podemos y los nacionalistas.
Complicado apoyo este último, desde ese 155 apoyado sin fisuras por el oportunista mayor del reino Sánchez, que desahuciado le hablaba a Évole de un estado plurinacional pero hoy reafirma a muerte el 155 para contentar a sus viejos y cegatos votantes, venidos cada vez a menos progresistas y cada vez más a ultranacionalistas de uninacionalismo dictatorialmente heredado, de tentación tránsfuga a C´s.
Y, con todo, podría interesarles un respiro a estos nacionalistas la posibilidad de empezar a sentarse a hablar con un nuevo gobierno español, si es que no hemos logrado efectivamente, al fin, una caterva especularmente ultranacionalista y cegada al otro lado del Pirineo.
Y el IBEX35 y sus poderosas cloacas de estado lo sabotearán a muerte, de eso no nos cabe duda. De lo que podría seguirse aún un nuevo intento de protagonismo de C´s en la moción a última hora. Nada es descartable en este país de cínicos estratosféricos y alelados mayoritarios.
Pero no amarlo como es: desde luego un imperdonable pecado. Porque entretenido lo es un rato. Pregunten a la prensa internacional que nos pone a la altura de Hungría o Polonia, países en vías de finiquito de democracia sin que la población lo tosa.
 
 

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