martes, 30 de abril de 2019

28A

 
Lo primero que se desprende es lo de siempre. La mayoría aplastante de votantes apuestan por las políticas neoliberales que nos hundieron en la crisis y luego la resolvieron en favor de sus causantes. Y las que dejan desprotegido el estado ante la inminente crisis mundial que viene, más profunda a fuerza de huida hacia adelante, ausculten al FMI. Al menos ya sabemos a quien le tocará llevar el gobierno cuando toquen las nuevas oleadas de recortes y un daño social quizás aún más profundo que el anterior. Uno que no tiene intención de poner las bases socioeconómicas de resistencia ni oponerse al curso de las cosas. Entonces es cuando veremos el auge de la ultraderecha, esto solo es el comienzo.
En el mejor de los casos hablaríamos de un gobierno que se negó a regular la burbuja del alquiler, a tocar la reforma laboral, a incrementar impuestos a la banca para siquiera acercarnos un poco a lo razonable, a abolir la ley mordaza, la ley educativa y no digamos ya obligar a la Iglesia a devolver el saqueo sacralizado de miles de millones a los españoles. Todo ello bajo la presión más a la izquierda, a la que sí debemos al menos el aumento del salario mínimo.
Y esto solo en el mejor de los casos, solo en el caso de que el IBEX no se salga con la suya en los pactos.
La fiesta de la democracia celebra que estamos vendidos.
 

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