Se ha vuelto costumbre en los últimos tiempos en la prensa internacional explicar las aberraciones democráticas del estado español apelando a nuestro pasado franquista, para explicar un presente en que los franquistas siguen manejando los resortes del estado, desde la judicatura a las fuerzas de seguridad del estado, y por supuesto en la continuidad de los grandes poderes económicos.
El juicio farsa con los condenados catalanes de antemano, sin garantías según decenas de organismos nacionales e internacionales, como principal motivo. Pero sigamos la cuenta. Como Pablo Iglesias no está muy listo se le olvidó subrayar en el debate electoral que era el único de los candidatos que tenía pinchadas las cámaras de su casa por las cloacas del estado. Algo ya normalizado, a fin de cuentas se trata del partido cuyos millones de votos valen menos que nada a la hora de las alianzas poselectorales de gobierno, con un Pedro Sánchez fiándolo todo a la repetición de elecciones en que la ultraderecha siga sin sumar y a C´s o al PP no les quede al final otra que abstenerse para que puedan gobernar solos, una vez transparentado el veto del IBEX 35 a Pablo Iglesias en el gobierno -y según cuentan un veto que procede desde la misma cúpula que corona el IBEX de composición franquista.
Borrell asume que quizás no llegue a convertirse en jefe de la diplomacia europea una vez se ha desvelado que espió los cables a las delegaciones catalanas, incluyendo a diplomáticos británicos y otros que ya lo han denunciado.
Y ahora se produce el bombazo informativo de que el CNI fue cómplice, como poco por pasiva, del terrorismo islámico en Barcelona, y ante tamaña exclusiva se produce el cerrojazo informativo en todo el país. Con los dedos cruzados para que en Barcelona no se echen a la calle las víctimas y miles de apoyos con pancartas contra el CNI y el estado español.
Y podríamos seguir detallando cómo esas cloacas llegaron incluso a secuestrar a punta de pistola a la familia del extesorero del PP para robarle los documentos clave y tantas y tantas aberraciones más, pero ya se hizo y resultó infructuoso cara a la opinión pública. Estamos condenados a la españolidad y el cierra España.