miércoles, 24 de enero de 2018

Q.E.D

 
Federalismo. Trate uno de razonar todo esto con el español medio, donde ya decía Machado que una cabeza piensa y diez embisten.
La mayoría sin tener ni idea de que el modelo autonómico perpetuó la desigualdad entre territorios, y no favoreciendo a Cataluña sino al centralista crecimiento hipertrófico de Madrid, en un 30% de su economía para empezar, o con una red radial de infraestructuras. Y ni siquiera se les puede llamar jacobinos porque no saben lo que significa.
Lo cierto es que la misma estructura del euro en el molde centro-periferia hace que a Alemania nunca le haya interesado que nos desarrollemos como ellos, y así nos forzaron los acuerdos europeos o luego nos han seguido estrangulando con el instrumento de la deuda privada en favor de sus grandes bancos.
Lástima que, como afirma Varoufakis, a la UE no le queden muchos telediarios, empujando a Europa al modelo de zonas verdes minoritarias del confort artificial y zonas rojas mayoritarias del caos, miseria y destrucción -Naomi Klein nos cuenta cómo ese modelo modeló la destrucción de Irak- que el capitalismo bunkerizado y de las finanzas salvajes extiende mundialmente.
Quod erat demonstrandum.
 

sábado, 13 de enero de 2018

Repartiendo arte



El instante fuera de todo tiempo, dijo Platón. 
Giorgio Colli matizaba: se halla en el origen del tiempo mismo. La misma doctrina del instante en Heráclito que en Goethe.
Nodos desde los que se teje la trama sensible de las apariencias, a los que estas terminan regresando de nuevo en eterno retorno cuando se rasga el velo ilusorio de Maya. 
El arjé, principio, origen del que todo surge y al que todo vuelve, como en Anaximandro o Parménides.
Los puntos de contacto entre la realidad eterna y el tejido espacio-temporal. Que es su imagen móvil, volvió a poetizar Platón. 
Contactar y decir, resumió incluso su discípulo Aristóteles, más prosaico, respecto al ser.
La noesis o intuición, en un solo golpe de vista, de las verdades eternas fuera de la caverna.
El punto en el que todas las piezas del puzzle encajan en su máxima unidad, simplicidad y plenitud. 
En su Forma original, primordial.
El éxtasis en que todo encajó con una belleza lógica irrebatible, en que Newton, Poincaré, Kekulé o Einstein contemplaron al fin articuladas sus teorías tras años de muros mentales y piezas dispersas.
En el cual Mozart contemplaba sus largas óperas de un solo fogonazo, y el resto era garabatear. Extenderlas en el tiempo.
El Aleph de Borges, que condensa todo el universo en un punto.
Las dimensiones superiores en la Teoría M, desde las que contemplar de una sola vez el transcurso temporal de las distintas perspectivas espaciales, como el cubismo pintaba el espacio-tiempo relativista, y los atajos multidimensionales.
El éxtasis místico, el éxtasis cognoscitivo, el éxtasis artístico. 
Salirse de uno mismo, que es siempre éxtasis químico.
Estar ebrio para poder respirar más allá de uno mismo, acuñó el sufismo del persa Khayyam.
La habitación eterna del tiempo mítico, de la textura onírica, del déjà vu.
El paisaje arquetípico del nosotros del inconsciente colectivo en Jung, la oculta sincronicidad de sentido en los acontecimientos.
La sombra, el eco futuro sombreando en enigmáticos avisos la ilusoria actualidad, de nuevo en Goethe.
Pero nunca una manera mejor de referirlo y describirlo que Kase.O repartiendo arte.





miércoles, 10 de enero de 2018

Nevada de caspa


Pero tranquilos, vienen Ciudadanos y PSOE a rescatarnos de la nevada de caspa. A fin de cuentas, son décadas de educación democrática en democracia educativa, y demás patriotismos...
 
 
 
 

miércoles, 3 de enero de 2018

Cómo se puede ser persa


Esto se pone interesante.
Protestas en Irán contra la tremenda crisis económica y social, mitad neoliberalismo y desigualdad salvaje del régimen de las sotanas, mitad las sanciones asfixiantes Obama-Trump que por supuesto no cumplieron su parte del trato una vez Irán detuvo su programa nuclear, el gran impedimento para que la sádica Israel pudiera llevar adelante su anhelado ataque, de ahí que asesinara a unos cuantos científicos nucleares incluso en suelo iraní.
Trump y Putin necesitan urgentemente una subida del barril petrolero más allá de los 80 dólares. Ambos saben que bastaría con otra guerra en una potencia petrolífera de primer orden como lo es Irán.
Lo necesita el enorme petroestado ruso, en crisis económica en los últimos años por el precio barato de un petróleo que sobrepasa la demanda mundial.
Lo necesita Tillerson para la Exxon Mobil lo mismo que el propio Trump. 
Lo que además reactivaría el acuerdo ruso-americano para explotar el Ártico ruso, nuevas buenas noticias para acelerar el problema climático.
Puesto que Venezuela resiste mal que bien, qué mejor oportunidad que Irán, la potencia regional que le queda como oposición en la zona al imperialismo del caos.
Putin ya gesticula ante la obvia tentación de las potencias de siempre en destruir Irán. Esta vez se trata de la pieza maestra de toque para el imperialismo ruso-chino de contención.
No les van a permitir nunca que la ruta de la seda vaya como la seda, eso ha quedado claro.
Israel afila los colmillos. También en el mismo eje geopolítico Arabia Saudí, una de las máximas contribuyentes a ese precio barato hasta hoy. Tiene gracia, porque junto con EEUU hablamos de tres regímenes cuyo poder se halla altamente colonizado por los ultras religiosos. Pero verán cómo solo oímos hablar de los ulemas de Jamenei.
¿Volveremos a oír resonar el viejo cómo se puede ser persa de aquellos salones dieciochescos que decían ser ilustrados?
De todos modos Trump ya se ha encargado de poner las semillas para un nuevo crack financiero desregulando hasta al apuntador, al paso que le marca la entrañable Goldman Sachs, y derogando la parte de la Ley Dodd-Frank de 2008 que hipotéticamente cubría al público de tener que pagar los platos rotos bancarios la próxima vez.
Hagan sus apuestas. Porque ellos ya las están haciendo. Qué mejor expresión del capitalismo del desastre que unas finanzas que obtuvieron enormes beneficios apostando a que el sistema accionarial se derrumbaba... tras derrumbarlo.