viernes, 17 de agosto de 2018

17A


Las CUP tienen razón. Las autoridades que vienen a pavonearse en el homenaje a las víctimas empiezan por una casa real y partidos políticos enmierdados desde hace décadas, hasta la más reciente venta de armas a Arabia Saudí por parte de Felipe VI, en grandes negocios con el gran patrocinador y financiador del salafismo wahabita, en concreto del Daesh. Grandes negocios monárquicos hermanados y empresariales a costa de los muertos en Las Ramblas, o de la masacre de decenas de niños en un autobús escolar en Yemen recientemente. Si nos representan, es que efectivamente somos unos impresentables.
Esas autoridades de unos servicios secretos que escamotearon información crucial a las fuerzas policiales catalanas a modo de castigo y aislamiento político. Lo que explica que un operativo preparase el mayor atentado con explosivos desde el 11M y se permitiese apuntar nada menos que contra la Sagrada Familia, algo impensable actualmente en el resto del territorio español.
Unas autoridades que mantienen presos ante el escándalo internacional a unos políticos que se limitaron a dar respuesta política, cívica y pacífica, a las demandas del 80% de los catalanes respecto a un referéndum, y que ha concitado protestas y manifiestos por su liberación en muchas partes, el más reciente alentado por intelectuales de la talla de Chomsky. Que multiplican los disidentes huidos a Europa por sus ideas, al abrigo del estado de derecho ajeno.
Las víctimas del 17A han colaborado estrechamente con las víctimas del 11M de Manjón, en su momento ninguneadas e incluso amenazadas por una ultraderecha madrileña en torno a las víctimas ultraderechistas de ETA, catalanófobas de fiera tradición, que persistieron años en mentir y manipular con mucho dinero público respecto a la autoría de la matanza de Atocha, y que lleva décadas despreciando a las víctimas del franquismo en las cunetas. Normal que Ada Colau no las haya invitado a la conmemoración puesto que esta se pretende de verdad y concordia. Allí andaban ayer estas víctimas junto a VOX y PP jugando su propia charada conmemorativa mientras que acusaban a Colau de amiga de terroristas. Por poco no le echaron de nuevo la culpa a los bolardos.
En estos momentos se despliegan las pancartas contra un rey de fortuna familiar ligada a los saudíes, que amenazante contra el pueblo catalán dio espaldarazo a la brutal represión contra gente desarmada el 1-O en Barcelona.
Y los malabares por parte de la alcaldesa Colau para diluir esta presencia vergonzosa de tales autoridades en segundo plano, y evitar que protagonicen negativamente un acto que debe dar voz a la gente.
Cuando lo humanamente elemental resulta tan institucionalmente complicado es que unas cuantas cosas no andan bien en este país. El esperpento institucional, su horror impune habla por sí solo.
Y un nuevo ejemplo de la enorme inteligencia política de una Colau que va a administrar semejante marrón sin perder la perspectiva. Como de la proverbial deformidad moral de país tan narcotizado que asumirá como propio semejante espectáculo de vergüenza como si no ocurriera.

 

sábado, 11 de agosto de 2018

Del falaz sentido común que nos dijeron progresista

 
¿La UE debe vetar el oportunismo de quienes promueven soluciones fracasadas, señor Sánchez? Empezaría entonces por vetarse a sí misma, y acto seguido al propio PSOE que tan alegremente la ha secundado durante décadas. Curiosa confesión inconsciente de culpabilidad que aún se sigue pretendiendo declaración de nobles principios, cada vez con menor credibilidad. De hecho, esos movimientos de desintegración protofascista que usted y Merkel denuncian  hoy acogotados resultan la consecuencia política y social previsible de la Europa neoliberal comandada por la oligarquía financiera centroeuropea, y que gente como ustedes llevan promoviendo mínimo desde el Tratado de Maastricht. Solo si no se ha escapado del marco ideológico falsario difundido durante décadas por El País y medios similares del establishment europeo, puede uno creerse que los actuales ultranacionalismos y populismos fascistas ocurren pese a la integración europea. A no ser que se admita que la propia estructura de la UE y la del euro, radicada geopolíticamente en un molde neocolonialista centro-periferias, también ha transcurrido siempre contra la integración europea... aunque desgraciada como previsiblemente esté resultando al final una fuerza desintegradora muy superior a la misma. Para empezar puesto que destruye la democracia, como el caso griego certificó a voces, pero también la reforma del 135 de nuestra demediada Constitución. Servidor ya interpretaba en el 15M que, entre otras cosas muy importantes, constituía la mejor vacuna posible aquí en España a una tendencia europea que ya despuntaba, y cómo el chivo expiatorio de la inmigración volvería a ser coartada central de la misma.
 
 

jueves, 9 de agosto de 2018

Poco tratados, poco libres, poco de comercio

 
O huyen de guerras, o del libre comercio que las provoca. Una conexión tan entrañable como inextricable, y tantas veces en nombre de la democracia y el progreso. A los engranajes de la pauperización y las consiguientes bolsas de pobreza y emigración forzada, ya analizadas por Marx, los termina coronando una guinda estilo Trump: quien pese a nuestro escándalo no deja de suceder con dignidad la época de Obama, el gran deportador de cientos de miles. Sean nuestras guerras de destrozo externo de un país o intestinas como las del narco en Méjico, fruto del TLC: ya la Inglaterra victoriana practicaba su libre comercio del opio en China con el estímulo bien a la vista de sus fragatas de guerra a sus espaldas. Es tan libre ese comercio que siempre convino imponerlo un tanto. Tratados como el actual TTIP que se cierne sobre nosotros: apenas la quinta parte de sus articulados regulan el comercio, el resto se trata de blindar privilegios e impunidad de las grandes corporaciones transnacionales, que hoy acumulan un poder y riqueza imperiales desorbitadas, inéditas en la Historia. Muy poco tratados, muy poco libres, muy poco de comercio.
 
 

sábado, 4 de agosto de 2018

Sol de justicia

 
Un ministro del Interior sobre el que recaen sospechas fundadas de tortura en sus procesos como juez, ideal para un país denunciado internacionalmente año tras año por torturas en calabozos, que protege y condecora a sonados torturadores y criminales contra la Humanidad. Un poder judicial de herencia nuclearmente nacionalcatólica, amigo de todo tipo de manadas, en especial las fascistoides, codo con codo con el nivel de corrupción de la clase dirigente española, guardián impertérrito de las esencias de cloaca. Aunque útimamente tan impugnado por el estado de derecho... en otros lugares de América o Europa.