martes, 27 de noviembre de 2018

Jugadas


La filtración del whatsapp de Cosidó supuso la explosión controlada, desde dentro de un sector del PP, del apaño político bipartidista en el reparto de jueces. Al menos permite prorrogar la actual situación de ventaja del PP en el Poder Judicial.
¿Y no es curiosa la reacción del PSOE? El reproche iba encaminado contra semejante explosión controlada porque ponía en duda la honestidad de Marchena. Un juez que en sus actuaciones, tan a favor siempre de las tesis de la derecha política más recalcitrante, roza la prevaricación permanente.
¿No suena a que el manejo de la ley al servicio de sus propios intereses ideológicos, incluso personales respecto al partido que lo colocó allí, es asunto menor frente al reproche de estar dándole argumentos a los independentistas catalanes, algo mucho más grave al parecer?
No se olvide a Llarena mismo condenando de antemano a los presos políticos catalanes en una conferencia privada antes de que se celebrara el juicio, algo actualmente investigado en Estrasburgo.
No solo porque las vergüenzas del propio PSOE queden al descubierto en el apaño proverbial, en medio de una acelerada deslegitimación social de la Justicia.
Es que además ese parece ser un PSOE no muy predispuesto a que le aprueben los presupuestos los partidos catalanes.
Lógica la desconfianza catalana respecto al PSOE. 
¿Teme acaso la fiereza de las fuerzas nacionalcatólicas? Estas ya están funcionando, con sus medios a toda máquina, de todos modos.
Otra cosa muy distinta sería el enfado de los poderes económicos de aprobarse dichos presupuestos.
Y a eso suena la jugada: lo dejamos en decretos-ley, a sabiendas de que la derecha los bloqueará en los tribunales y nos ganamos para la causa unos millones de votos progresistas, pero sin traicionar a toda esa base de votantes que compra desde el principio las tesis ultranacionalistas y centralistas de la derecha españolista, la que nos ha traído hasta el actual despropósito. ¡Y todo de forma incruenta para la oligarquía económica!
Muy PSOE, muy bifronte.
Jugada maestra en la que están cayendo los partidos catalanes de izquierdas, alega Vicenç Navarro.
Si ERC quiere realmente fastidiar al PSOE, debería empujarle a aprobar esos presupuestos. Porque eso sí que sería meterle en problemas.
El resto serán escupitajos inventados y demás zarandajas. Aunque lo cierto es que a Hernando, mucho más insultante hasta con los muertos, jamás lo expulsan de la Cámara.
 

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