-Te envío un enfermo de ébola para ponernos medallas ante el
eclesiastado, y además ponerle en bandeja a las farmacéuticas muestras frescas
y oportunidad de experimentación.
–Es que el hospital en cuestión está medio desmantelado por
nuestras políticas externalizadoras.
–Da igual. Improvisa sábanas y cinta aislante para los
trajes, imparte un cursillo rápido: demostremos que estamos a la altura de EEUU
o Noruega de cara a la OMS.
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