El G-7 por su parte no deja de diseminar de sangre sus alrededores como tantas otras veces. La letra con sangre entra, la democracia con sangre a lo mejor sale.
Y el caballo de Troya de la gente sigue de gira internacional, excepto en nuestros rotativos uniformados.
Y el caballo de Troya de la gente sigue de gira internacional, excepto en nuestros rotativos uniformados.
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