viernes, 22 de enero de 2016

Nos darán, pero bien


En Antena3 les cae, pero bien, por bruñir la exclusiva más cutre y torticera en mucho tiempo: exclusiva de una noticia de hace un año ya explicada por algunos de sus protagonistas entonces, y travestida ahora de Maduro-ETA connection.   Con la cual reforzar la conexión iraní: el uso de los aparatos del Estado, de las cloacas de Interior, para espiar y propagandear contra rivales políticos, democracia en estado puro. Aquí es el váter-gate.   
Y montarle al hilo una pataleta a la asediada Venezuela de Maduro por albergar foros de intelectuales y activistas, siempre dentro del marco de la lucha antiterrorista contra gente que habla y razona. 
En Turquía el propio Erdogan, nuestro aliado democrático allá, emite una fatwa contra los intelectuales que han firmado contra el bombardeo criminal a los kurdos, Noam Chomsky incluido. Parecidos razonables.
Esta es nuestra prensa, que apenas ha incidido estos días en el incremento de fuga de capitales un 2000% durante 2013 y 2014, reseñado en el informe de Intermon Oxfam.   
Que algo debe significar. Que nos van a dar pero bien.



Ofensa


Celebremos que Jiménez Losantos va a ir a la cárcel por enaltecimiento del terrorismo, tras abogar por tirotear a varios diputados: motivo similar por el que unos cuantos chavales de Twitter están afrontando hasta dos años de cárcel.
Ni un momento de duda sobre la consistencia de jueces y fuerzas de seguridad del estado, y la premura a la hora de aplicar la rauda Ley Mordaza en este caso. Pese a que algunos tuiteros escépticos presionen a @policía. Eso sobra, la sombra de duda ofende.



domingo, 17 de enero de 2016

Un simpático sindiós

 
Un desconcierto político de rastas Lavapiés en el Congreso.
Amenaza de piojos para nuestra Candy Crash parlamentaria preferida. Y lo asquerosamente machista que nos hubiera parecido hoy, en medio del boyante progreso en retroceso, un comentario similar sobre el pelo largo de las mujeres en un Parlamento cuando entraran allí las primeras: lo asquerosamente clasista que suenan la expresidenta y adláteres televisivos sin esperar a que estemos muertos.
Pactos de los tres partidos del status quo por la presidencia, pero disimulando hasta en editorial de El País que los preparen igualmente para algún tipo de gobierno. 
Podemos simbolizando que son el futuro, bebé en ristre, frente a los estirados rostros de los partidos viejos.
Y el poema de cara de Rajoy impactado ante tal pelaje.
Y los corruptos que aprovechan el bebé para pasar inadvertidos, en medio del polémico embeleso, y los celos del niño Errejón.
Al menos un teatro divertido, digno del mejor Twitter vertedero.
Un simpático sindiós.
 
 
En TV1 los expertos de teletipo niegan con excesiva fruición que el desplome financiero chino vaya a tener consecuencias en la economía española, lo cual inspira una gran confianza.
Una economía obligada a seguir recortando en inversión social por mandato europeo. Una Europa protofascista que hacina en sus castigadas orillas a cientos de miles de víctimas de nuestras guerras coloniales punta de lanza.
Y sin ningún síntoma esperanzador de ser capaces de formar por aquí un gobierno rompedor con lo anterior, para apoyar al valiente bloque portugués sobre el que ya pende la amenaza directa del corrupto Juncker y colegas. O a la Italia rebelde, o a los traicionados griegos.
Pero imposibilitados de formar tampoco un gobierno de lo de siempre, lo cual requeriría la aquiescencia de un PSOE que bascula entre las diversas formas de suicidio, y esa es la peor.
Y la Generalitat, habiendo cambiado de corrupto neoliberal insignia, CUP mediante, prosigue en rebeldía.
Un simpático sindiós.
 
 
 

martes, 5 de enero de 2016

Dignidad

 
Jolgorio y emoción. Al fin incluso el optimismo. Solo como país ingobernable para el IBEX y la Troika recobraremos  alguna dignidad.
Imposible de cualquier otra forma.
 
 
 

Amanecer

 
Mas no se va.
Rajoy no se va.
Que sean los electores a ambos lados del Ebro los que vayan abandonando antes.
Sánchez se resiste, Susana espumarajea en nombre de todos los andaluces a los que ansía dejar en la estacada en agradecimiento.
Pablo Iglesias teme a Colau porque él tampoco quiere irse nunca, menos aún antes de haber llegado todavía. 
Garzón que se iba, se queda. Y volverán las mareas.
Como sentenciaba Carlos Herrera, desde París con horror: amanece, siempre amanece. Que en este país no es poco, sino demasiado.