Rajoy ya ha comprometido los nuevos
recortes, así que Bruselas contenta. Y el PSOE aliviado: esta vez no
tendrá que participar en ello.
España, el consuelo del Brexit.
Unidos Podemos no estará en el gobierno, y tampoco liderará la oposición: así es que el IBEX35 y sus medios, muy contentos.
Ha funcionado plenamente el discurso del
miedo, al que el PSOE de los cinco escaños menos alimentó con fiereza.
Esperan reforzarse como alternativa en la oposición a fuerza de
discursos socialdemócratas radicales por parte de un partido
socioliberal desde hace décadas, artífice del artículo 135 acerca del
déficit con el que ahora nos van a castigar hasta el suplicio. Así que
el PSOE contento.
Recuerden a Berlusconi en Italia: pues aquí andamos con el PP de Rajoy en las mismas.
Allí como aquí, en un rearme del
corrupto sistema tras aparatosos intentos populares de limpieza
democrática de las instituciones, como lo fue el 15M.
Eso sí, en Italia andan ahora con Beppe
Grillo como bálsamo popular, ese sí que peligroso populista xenófobo.
Como castigo al Renzi servil a Bruselas, y de los recortes.
Se sigue de suyo que sea el Rajoy de los
recortes brutales, y los que vienen en adelante, del 100% del PIB de
deuda y del déficit desbocado que penar contra las rebeldes Comunidades
Autónomas, quien administre las consecuencias sociales y económicas de
todo ello cuando la situación económica mundial vuelva a encallar en el
mismo iceberg, cada vez mayor.
Justicia poética.
Y entonces reemergerá el PSOE como alternativa, qué duda cabe, como adalid del gobierno social y del cambio.
El único consuelo hoy: ver perder a la
mediocre España en la Eurocopa, para imaginar el rostro agriado de
millones de votantes. Esos dos tercios del total de votantes que aún
siguen votando más de lo mismo: más de Bruselas y su yugo, del dogal
humillante del euro y los intereses de deuda, del desarme del estado del
bienestar y los derechos laborales y ciudadanos.
Justicia poética.