martes, 24 de abril de 2018

Debtocrazy



 Como si el FMI no fuera, ya desde Bretton Woods, en sí mismo lo alarmante. Más de tres cuartas partes de sus milagros económicos bajo receta unidimensional han naufragado en ruinas de endeudamiento y ajustes.
Y si hablamos de beneficios privados y socialización de pérdidas, qué ejemplo más vigente que la perpetua conversión de enormes deudas privadas -en España tres cuartas partes de la sepultante deuda antes de la crisis lo era- en insoportable y universal deuda pública. El estado creó el dinero, según el Debtocracy de David Graeber, icono intelectual de Occupy Wall Street, para asegurar mercados y pago de impuestos en los territorios conquistados, y dinero significa originalmente deuda. 

Pues el estado sigue sirviendo para pagar enormes deudas de unas pocas corporaciones productivas y financieras de forma actualmente histérica. Cada vez más las financieras. Sin perder de vista la enorme deuda pública de EEUU que sufraga  imperialmente la mitad del ejército y armamentos mundiales.
 
 

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