lunes, 5 de septiembre de 2016

In Teresa


Usó a los pobres de Calcuta para obtener inmensos fondos de dictadores como el brutal Papa Doc Duvalier de Haití, que jamás se emplearon en modernizar sus hospitales para muy pobres, sino que se desviaron a oscuras fundaciones de la Iglesia católica, las más fundamentalistas. Sus pobres se morían sin cuidados paliativos, y ella argumentaba que Dios amaba el dolor y sufrimiento de los pobres porque era hermoso. Cuando aquella industria química norteamericana mató a decenas de miles de indios en Bhopal acudió rauda a convencerles de que no exigieran justicia e indemnización porque el perdón era una virtud muy cristiana. Se codeó con los más poderosos del mundo. Cuando ella agonizó la enviaron a un hospital norteamericano donde ella sí recibió cuidados paliativos porque su dolor no era ya tan hermoso. El prestigioso periodista Christopher Hitchens la desmontó, lo mismo que serios estudios de universidades canadienses, inútilmente.
Sin duda una santa para la Iglesia católica, a la que tanto prestigio publicitario mundial otorgó. Cómo no concederle la santificación express.


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