Una
campaña norteamericana que oscila entre un fascista, racista y misógino
abusador de mujeres, y una mujer cuyos correos desvelan que ella y su marido
Bill Clinton desviaron millones de sus organizaciones filantrópicas hacia su
fortuna familiar, nada extraño para quien conozca la trayectoria de ambos.
Hubo
una posibilidad, se llamaba Sanders, aupado por las contribuciones modestas de
muchísima gente. Pero otros correos desvelaron, sin consecuencia ninguna, que
Hillary jugó sucio contra él en las primarias en connivencia con todo el peso
del aparato. Pese a ello, Sanders aportó toda su fuerza de la militancia para
apoyarla en contra de Trump. He aquí el mejor retrato del cariz moral y democrático
de los contendientes.
Pero
como bien sabemos últimamente en España, el peso de los aparatos, y no la
honestidad ni el voto de la gente, deciden nuestros destinos a favor de lo
políticamente peor.
En
una EEUU técnicamente en recesión económica.
¿Y Europa?
No hay buenas señales por delante. Jugando a la porra sobre si la nueva
fractura emergerá por el Espirito Santo
portugués, el Monte dei Paschi
italiano, por el referéndum de Diciembre de Renzi que algunos analistas
califican aún peor que el Brexit si se perdiera, o por el propio Deustche Bank
alemán de la especulación desatada, como bien sabemos los españoles que ahora
debemos devolverle los platos rotos de sus actividades de riesgo con las que se
forró en la burbuja española.
Mariano
Rajoy: tenemos un futuro glorioso por
delante.
A
fin de cuentas creamos un montón de empleo precario -por detrás de unos cuantos
países por cierto, pero en su euforia de investido nos aseguró que éramos los
primeros en Europa-. Mientras no haya recesión mundial y el turismo aguante: lo
del precio del petróleo podría torcerse a partir de la reunión en noviembre de
la OPEP, y este era otro factor de cara para la importadora energética España.
A la que este gobierno y la propia Alemania impidieron seguir creciendo en
producción solar y energías limpias; el primer paso insoslayable para un cambio
de modelo productivo, cosa que a nuestras elites del cemento en el rostro no
parece interesar.
Tengo
entendido que si miramos el número en bruto de horas trabajadas, no hay tal
resultado espectacular. Solo que estas horas ahora se pagan por bastante menos.
De acuerdo, quizás mejora con el gran número de horas extras sin pagar. Pero,
vaya, les obligaría a decírnoslo claramente. Vaya, que el PIB crece –por ahora-
pero claramente se lo quedan unos pocos. A lo mejor eso explica que seamos el
país en todo el mundo donde más ha crecido la desigualdad durante la crisis,
junto con la espléndida EEUU.
La
hucha de las pensiones camino de los números rojos, la recaudación fiscal de tanto trabajo
basura que ya no llega para sostener el sistema, la deuda superando el PIB. Es
obvio: nos volverán a decir que el sistema público no es sostenible tras
habérselo cargado, y que hay que privatizarlo. El mantra neoliberal de una
lógica aplastante (y nunca mejor dicho). Pese a las evidencias en tantos
sitios, vg. la Gran Bretaña que revierte por desastrosas unas cuantas
privatizaciones.
Pero
qué coño, al menos ya tenemos gobierno (aplausos de ejércitos de cuñados en
bares y lugares de trabajo).
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