El único gran político al que pillan con dinero robado en
cuentas suizas, hasta el cuello la familia entera, es catalán. Así es que
ello debería escamotearle al pueblo catalán su consulta democrática. Se sigue
de suyo sin consultarle a nadie. Cuestiones de pura ilógica gubernamental española,
donde abundan los sobresueldos en B y otros honorables entrando en cárceles, pero a los que en ningún caso debemos
sospechárselo, ni en el PP ni a los del PSOE, con las barbas propias siempre por
remojar. Hasta ahora la cuenta suiza más sonada
fue la del exconsejero Granados en Madrid, ese pozo insalubre de la Gürtel, quien
lo negó de todas las formas posibles, documentos públicos que lo demostraban en
vano, y fue llamado a consulta fuera del partido. Este Pujol también de
derecha nacionalista, casualmente.
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