A estas nuevas devoluciones en la valla de Melilla es
innegable que cabe adjetivarlas de calientes
en pleno Agosto, en que sin embargo las denuncias y resoluciones de derechos
humanos en sentido contrario de estos meses se enfrian en la sensibilidad algo embotada de este gobierno. Ahora que la migración se desplaza
en balsa de goma hacia Tarifa, y reteniendo las ganas de hundirlas a balazos de
goma asesinas como en Ceuta, siempre les cabe tacharlas de devoluciones mojadas obligando
a embarazadas y menores al camino a nado a la inversa.
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