miércoles, 26 de febrero de 2014

Alienación



El debate del estado de alienación. Sus señorías se encaraman al estrado de dejación desde sus escaños minoritarios, o quizás desencabalgan faltones y señoritos desde lo alto de su alta cuna y rubro inimitable de buena estirpe genética. Porque incluso en la rabiosa mediocridad existen clases. 
Las porras periodísticas sobre quién ha ganado. Las casas de apuestas arden en el país en que las apuestas de casa se perdieron por el sumidero bancario amigo.
Sobre quiénes seguimos perdiendo no hay debate ni por tanto emoción, puesto que la mayoría no gusta de votarse a sí misma en las encuestas digitales. ¡Si ni siquiera acostumbra últimamente a hacerlo en las urnas!
En sus consignas coreadas, su marea de corbatas y su entrega de la nación en pago, las pasan diputadas entre risas, ruido e insultos que no significan nada. Esta plataforma de afectados que nos hipotecan persiste contra viento y mareas en su escrache a la realidad.   












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