A Wert no
lo echan del gobierno. Simplemente él no acudirá de motu propio debido a una cita de diez
minutos en cualquier negociado extranjero, que seguro a sus interlocutores se
les antojará de diez intrascendentes nanosegundos y a él de diez fructíferos
años. En todo caso siempre una década pérdida para el resto.
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