La carta de
ajuste de la OCDE descarta un despegue significativo en el empleo en los
próximos años y nos conmina a incidir, ampliar o profundidar en los desajustes
que lo destruyen. Porque nosotros lo valemos.
El metro
cúbico de ayudas públicas a la banca privada está y estará socialmente cada vez
más caro en este país. Por más que gente como Granados, exjefe de algo tan típicamente
liberal como la Gestapo madrileña, declare legal el dinero de esa manera declarado que se llevaba a cuentas
suizas secretas.
Todo por la
cuenta que nos trae.
El lujo, el
prestigio de pagar en caras comisiones bancarias para suizidarse
políticamente, tan caro a nuestra cara ultraderecha española desgobernante. Tan trillado por la madrileña
al mando de Aguirre. Quien si no era el cólera de Dios, como poco fue su peor colitis.
Así unos muchos acaban sin dinero entre cartones, y otros pocos millonarios
entre cantones. De Madrid al cielo helvético, porque ellos lo valen.
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