La excusa
de no reabrir heridas para eludir una política de Estado en apoyo a las
víctimas del genocidio franquista insulta a la inteligencia del relator de la
ONU. El gobierno alega no saber cómo se hace eso tan difícil: ¿lo habrá logrado
Báñez, quizás Wert o acaso el argumentario Gallardón que maravilla a los
europeos? Para no tener que reabrirlas se entregan en cuerpo policial y porra a
abrir heridas nuevas. Brechas por donde se abre camino imparable la libertad. Y
la justicia universal aquí no llega y la manga riega. Hasta que la pisa un
antidisturbios junto a la cabeza del bombero.
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