Los
asesinos beneméritos en Ceuta alegan no haberle sacado ningún ojo con las
pelotas de goma a ninguno de los ahogados, motivo por el que fueron prohibidas
en Catalunya y en otros lugares algo más españoles, tras decenas de tuertos al año
entre los que el ciego tradicionalmente lo suele llevar el rey, para ser sustituidas
por armamento anticiudadano aún más dañino, como las cisternas rompecervicales.
Tal fue el primor y pericia con la que apuntaron nuestros francotiradores,
valga el chiste sobre su ideología más probable, en su impecable e inmaculada
concepción de los derechos humanos. Rajoy alega que desconoce el efecto en el
mar de un impacto de esas bolas, así es que podían haberles arrojado también concertinas
al cuello y la cuestión seguiría siendo irrelevante para alguien que se viste
por los pies. Por su parte, el Ministro Fernández ya se ha confesado, no en vano
su negociado es el de Interior aunque publique las detenciones terroristas con
antelación en los telediarios. Ahora solicita su comparecencia en el Congreso
para seguir desgranando fervorosamente el rosario de mentiras, que casi comenzó
negando que exista un cuerpo militar-policial de esas características, y menos
en Ceuta, y que prosiguió disparando nuevas inexactitudes mendaces de fogueo,
refutadas en minutos por los medios críticos. Pudiera ser al final que La catedral del mar fuera también una obra de Calatrava. La vicepresidenta denunciará la
distinta vara de medir en la consideración de los violentos escraches, según incomode a ilegales a nado o lo sufran mortíferamente en su impoluto barrio-cementerio enterrado en dinero.
En Melilla al menos se conforman con el secuestro express en maleteros hasta la
valla, para evitarles a los muchachos molestias mediáticas.
Asi es. Ceuta es nuestro "Río Bravo", y los subsaharianos nuestros "espaldas mojadas".
ResponderEliminarBravo por ese comentario, artearq7
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