Este año
irá del niño Jesús y familia desahuciados del portal, pastores y bueyes en
pleno éxodo a través del desierto, y una tarifa de estrella astronómica. Ni que decir que el supuesto
del embarazo impuesto a la madre no habría pasado el filtro de esta Ley de
Gallardón ni de milagro, y que los reyes magos andarán desimputándose del
tráfico de influencias, minerales y otros presentes en contabilidad b que nos
llenan de orgullo y satisfacción.
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