Conjugando
la lengua oficial con propiedad, siempre que esta sea privada y la
democracia nominal, y transfiriendo recursivamente autopistas ruinosas a
concesionarias guturales o declinando responsabilidades diezmilmillonarias de los bancos,
que es gerundio.
Hay que
joderse que es infinitivo.
No solo
democracia sin participo, sino que para el resto solo queda el imperativo, las
políticas defectivas, las mayorías silenciosas y deícticas, y siempre la subordinación
al incondicional de sus prohombres posesivos.
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