El País explica la pobreza de Chiapas
encasquetándole la responsabilidad a los zapatistas: sin duda un fraude de
verdad encapuchado, y no el de Salinas de Gortari o Calderón.
Pronto
terminarán achacando el neoesclavismo, un valor al alza en nuestras sociedades anónimas, al
irrespetuoso afán y persistencia locas de los antiguos esclavos en saltar todas
las alambradas de cuchillas, fosas de mediterráneo por desenterrar o muros de
vergüenza con que los protegemos de los CIE.
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