Los tiempos
van cambiando. Papá Noel desplaza a los Reyes Magos, al engorro de caras pintadas
y lanzamiento de caramelos hasta el calambre.
Aznar casaba a sus hijos en El Escorial o lanzaba a capricho sus fuerzas armadas sobre Irak, y ahora al rey le imputan por corrupción de los suyos en tribunales plebeyos. Le atormentan sus célebres golpes de cadera y escopeta nacional, pero hay que desembalsamarlo de las revistas del corazón de león para desfilarlo militarmente algún que otro rato. Y es que su tozudez para que no vuelva Aznar es la alegría del buen republicano.
Aznar casaba a sus hijos en El Escorial o lanzaba a capricho sus fuerzas armadas sobre Irak, y ahora al rey le imputan por corrupción de los suyos en tribunales plebeyos. Le atormentan sus célebres golpes de cadera y escopeta nacional, pero hay que desembalsamarlo de las revistas del corazón de león para desfilarlo militarmente algún que otro rato. Y es que su tozudez para que no vuelva Aznar es la alegría del buen republicano.
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