jueves, 2 de enero de 2014

Resacas



Es simplemente que la savia mental ingrese en un bucle de retroalimentación positiva, que ascienda en el recorrido de un círculo virtuoso como el que queda tan lejano a las políticas económicas europeas, incluso bajo este cielo de pedernal contra el que se estrellan cada uno de sus drones y estallan en horror, como sus burbujas ulcerosas de país lo hacen en hedor. Necesita problemas. Limpiarse las legañas depresivas para acertar a divisar los puzles múltiples, inacabables. Y un problema conducirá a otro aún más sugerente e interesante. Necesita objetividad platónica para elevarse sobre las arenas gravitatorias de sus miserias atómicas. Porque empieza a sentirse harto, y verdaderamente cansado, del principio de incertidumbre de Heisenberg y sus confusas, abismáticas resacas navideñas.










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