viernes, 18 de abril de 2014

Asilo



Este país anda tan confuso, de tanto flagelarse en sus gentes para las medallas ministeriales y adoración de la virgen de la justicia inaccesible, que su monasterio del Interior confunde ya sin complejos las peticiones de asilo con las de exilio. 
En realidad no hacía falta irse a Chafarinas. Es vox populi desde hace tiempo tanto entre la migración de acá afuera, creo que empieza a ser parte incluso del refranero persa, como en la torrencial de adentro que se ampara en las peticiones de exilio, en busca del único asilo factible en este asilo que persisten en seguir llamando país. 
Aunque la acompañe en disonante dueto, al fin algo más decidida pero inútil, la inaudible y quebrada voz sin voto de la ONU.











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