Apoyo real
en Abu Dabi a una zona libre de impuestos, para sentirse como en casa pero
igual de fuera que su inmensa fortuna, celebrada desde hace años en Forbes. Todo sea por la promoción de los
derechos humanos dinásticos. Como ese toisón concedido en nombre de todos
nosotros al otro monarca saudí que mantiene secuestradas a las mujeres de su
familia.
Y todavía preguntarse que para qué republicanos en tiempos de miseria, no digamos ya poetas.
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