lunes, 12 de agosto de 2013

Sonrisa




La soledad esboza muy de cuando en cuando un tipo de sonrisa que se debe esperar fatigosamente en la hegeliana paciencia de lo negativo: de esas disruptivas cuchillas de luz que deshilachan súbitamente las redes de la rutina, que abren los poros e iluminan fosforescentemente los huesos. 
De modo que entre las carretas y sus burros, el gentío del mercadillo y los mendigos bamboleantes siente que brilla por su ausencia como una constelación.








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