La soledad
esboza muy de cuando en cuando un tipo de sonrisa que se debe esperar
fatigosamente en la hegeliana paciencia de lo negativo: de esas disruptivas
cuchillas de luz que deshilachan súbitamente las redes de la rutina, que abren
los poros e iluminan fosforescentemente los huesos.
De modo que entre las carretas y sus burros, el gentío del mercadillo y los mendigos bamboleantes siente que brilla por su ausencia como una constelación.
De modo que entre las carretas y sus burros, el gentío del mercadillo y los mendigos bamboleantes siente que brilla por su ausencia como una constelación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario