Carátulas
vacías pernoctan en el escaparate en la era de Internet para recordarnos, bajo
la lluvia y la mortecina iluminación que heredan de los recortes algunos barrios,
un bronco pasado de innúmeras cosas manoseables y rayables, fácilmente
inutilizables al mínimo altercado callejero, esos que la antigua iluminación servía
para enfatizar y espectacularizar entre navajas. Hoy los CDs mismos se emplean como
discreta arma definitiva directa a la yugular, para poder extraer sin resistencia
tus archivos aprovechando las sombras de la globalización, en esa noche oscura
de lluvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario