sábado, 31 de agosto de 2013

In educando




Primera decepción metafísica de un niño de tres años: descubrir que no puede entrar en la pantalla a jugar con el rey león. Pese a todo insiste en preguntarlo con voz quejumbrosa y entre pucheros. El padre le explica, molesto por la interrupción en lo mejor de la hamletiana trama, que ya estaba inmerso en la pantalla acompañando en sus aventuras al rey león antes de que se saliera, y lo extrajera abruptamente a él, para plantear la desestabilizante pregunta.












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