sábado, 27 de julio de 2013

Al traste





Formas blandas, inteligentes, colonizadoras de un planeta líquido y rocoso.
Las cooperativas bacterianas fueron las auténticas y solventes ingenieras de este mundo de proteicas y viscosas formas, cuentan, según iban moldeando y complicando el entorno. Desde entonces ha ocurrido de todo, minuciosamente registrado en la memoria genética, epigenética, ecosistémica.
Se almacenaba, pero no había quien lo leyera.
Desde la plataforma neocortical de nuestros cerebros primates saltó la cultura simbólica, la más reciente innovación de la vida inteligente sobre sí misma, y cerró el círculo. De los relatos orales que metaforizaron el mundo y lo humanizaron, a la escritura que lo revolucionó sustantivándolo. Hoy es el torrente instantáneo de imágenes y palabras por todo el globo: el batiburrillo que quieren hacer pasar por noosfera o conciencia global, aún por perfilarse entre las espesas brumas de la desinformación.
Al final hubo tantos lectores que el sentido se fue al traste.






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