Desde el
dolor y respeto a las víctimas, en mi tuit
me limité a afirmar que es una pena que la catástrofe ferroviaria de trenes de
aluminio y frágiles vagones de alta velocidad destructiva, en una curva
imposible de un trazado inviable, en medio de recortes de la seguridad del
pasaje, haya oscurecido los datos de la EPA desde los que podíamos tratar de
engañar otro rato respecto a la recuperación económica y del empleo: no
entiendo la avalancha de descalificaciones. Téngase en consideración que de mi
partido en el gobierno no fui precisamente yo el que envió una condolencia por
el terremoto de Gansú en China: pero es que la altura de miras de nuestro
amado, opaco y huidizo líder es tal que desde allí solo se divisa la muralla
china, o como mucho los reflejos de los invernaderos de mano de obra esclava que
están revirtiendo el cambio climático en Almería.
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