sábado, 27 de julio de 2013

Pendiente resbaladiza




El mítico tiempo en que confluían candilejas y luces de bohemia, prosperaban los tugurios de humo, jazz y misterio, mientras que las redadas perturbaban la perturbada noche allá afuera con asiduidad de perversión fiel. Philip K. Dick logra retenernos esta segunda parte del asunto en su novela futurista, pero al tiempo desovilla ese relato lleno de trampas de quien se salió voluntariamente de la trampa general, como hizo la mayoría, para luego venirnos a alertar de la supergravedad de agujero negro, inexorable e irresistible, de la sustancia M hacia la degradación cerebral, en un conspicuo argumento de pendiente resbaladiza.






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